Dieta de Grez

¿TOCINO EN LA MAÑANA, PASTAS EN LA NOCHE?

El “Método Grez” propone consumir mantequilla, tocino, huevos, palta, aceite de oliva, café y crema en el desayuno. El argumento es que ello podría generar más saciedad para así evitar ingerir colaciones. “En eso existe confusión, puesto que hay amplia evidencia de que las grasas son poco eficaces en producir saciedad, más bien las proteínas son la que calman la sensación de hambre”. Por lo mismo, se recomienda que las personas que desean bajar de peso aumenten su consumo de proteínas en alimentos como carnes magras y lácteos descremados.

Otra de las afirmaciones que se hacen en esta dieta es que debe evitarse el consumo de frutas y pan. En general, se considera que el consumo de fibras es fundamental para la salud del colon, por lo que es recomendable ingerir frutas y verduras y pan integral rico en fibras. Es el consumo de jugo de frutas (desprovisto de fibras) o de pan blanco lo que produce una elevación de los niveles de azúcar en la sangre y una consiguiente liberación de insulina.

Respecto de esta controvertida dieta, la doctora Irribarra comenta: “Hay un tema de ciclo circadiano, de control del apetito y peso corporal, que no se está considerando. En la noche se debería estar más en ayuno, por lo tanto, si se trasladan los carbohidratos a la cena, a largo plazo, esto favorecería la aparición de hígado graso, resistencia a la insulina y alteraciones del metabolismo. No es sensato recomendar el consumo de gran cantidad de grasas saturadas, porque además muchas personas, por genética, producen altas cantidades de colesterol”.

En el corto plazo, es posible ver resultados debido a que el organismo busca otras maneras de producir glucosa ante la supresión de los carbohidratos. Sin embargo, “si se consumen solo grasas y proteínas, no tenemos una dieta balanceada. Eso puede traer consigo otros problemas de salud asociados, como mayor riesgo de diabetes, lo que se ha observado en estudios que han comparado pacientes que mantienen una dieta mediterránea versus una alta en grasas”.

CAMBIO DE ESTILO DE VIDA

María Soto profesor asistente de la Escuela de Nutrición UC y nutricionista de Red de Salud UC CHRISTUS, advierte que para lograr una buena condición de salud es necesario combinar una dieta balanceada que incluya los diferentes grupos de alimentos –consumiendo las porciones adecuadas–, con la realización de actividad física.

Afirma enfáticamente que ningún método que suprima algún tipo de nutriente puede ser beneficioso para el organismo. “Lo que nosotros necesitamos es un cambio de estilo de vida que podamos mantener a lo largo del tiempo y que nos permita asegurar el mejor estado de salud posible. Este método indica un bajo consumo de vitaminas, minerales y fibra, junto con un alto consumo de grasas saturadas, lo que no está exento de riesgos tales como problemas cardiovasculares o hepáticos”. Además, el consumo de carnes procesadas y escasa fibra es un factor de riesgo para el cáncer de colon.

“Debemos seguir un estilo de alimentación saludable basado en las recomendaciones nutricionales del Minsal y de la OMS. Esto incluye un menor consumo de alimentos altos en grasas saturadas y azúcares simples, no excederse en la ingesta de carbohidratos, aumentar el aporte de fibra –fundamentalmente en base a legumbres, frutas y verduras– y mantener el consumo de grasas saludables, como las provenientes del pescado, de la palta o del aceite de oliva. En el caso de los pacientes que tienen alguna enfermedad de base, es fundamental que consulten con un médico antes de adoptar cualquier régimen alimentario por su cuenta, para evitar que este los ponga en riesgo”, aconseja la nutricionista.

CARBOHIDRATOS, ¿SÍ O NO?

Hay consenso respecto de que al disminuir el consumo de hidratos de carbono se logra bajar de peso. Sin embargo su supresión absoluta no es recomendable, ya que al no consumir suficientes carbohidratos se activa la neoglucogenia, mecanismo a través del cual el cuerpo produce glucosa a partir de la proteína ingerida. “El problema es el consumo excesivo de carbohidratos simples (azúcares, confites, bebidas azucaradas), ya que estos demandan que el organismo libere más insulina, no así los hidratos de carbono ‘complejos’”, afirma la doctora Irribarra.

RIESGOS ASOCIADOS AL CONSUMO CONSTANTE DE GRASA

  • Problemas cardiovasculares (cardiopatías, hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca, accidentes cerebrovasculares, infarto al miocardio, entre otros)
  • Diabetes
  • Cáncer de colon (debido a la disminución de la flora bacteriana por la falta de fibra)
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